El Puente entre la Disciplina y la Flexibilidad: La Dirección de Proyectos como Arte Marcial

"El Puente entre la Disciplina y la Flexibilidad: La Dirección de Proyectos como Arte Marcial" artículo de Jose Antonio Puentes en la Sección "Tendiendo Puentes" de la edición de enero de la revista mensual Stakeholders.news La Revista Líder de la Alta Dirección y los Profesionales de Gobierno, Dirección y Gestión de Porfolios, Programas y Proyectos.

Desde pequeño, siempre veía programas de deportes y películas de artes marciales. Un compañero de clase, quien había ganado una medalla nacional en judo en categoría infantil, me enseñó que el esfuerzo, la paciencia y la humildad son habilidades difíciles de adquirir, pero esenciales para nuestro crecimiento. Del karate, sin embargo, me desilusioné un poco; en el humilde barrio donde vivía, muchos chicos problemáticos se inscribían en karate solo para aprender a pelear. Probé con el kung fu. ¿Quién no recuerda al “pequeño saltamontes” ?, pero tras quedarme sin aliento y fracturarme una costilla en un mal golpe durante un entrenamiento, decidí pasarme al kendo, en el gimnasio Moscardó. Me atrajo la lucha samurái, el shinai (la espada de bambú), el traje y la armadura impresionantes. Siempre me colocaban cerca de la puerta, ya que era el último en ingresar y el que menos derecho tenía a estar allí. Realicé cientos, miles, de repeticiones hasta que cada movimiento se volvió natural, y me gané el respeto de mis compañeros. No se trataba de aprender a pelear, sino de evolucionar como persona. Era una forma de ser.

Hoy, desde el aula, trato de guiar a mis alumnos en su formación en Dirección de Proyectos como una auténtica forma de ser.

La dirección de proyectos y las artes marciales comparten varios principios clave que pueden ayudar a un profesional a desarrollarse en ambos ámbitos. Al igual que en las artes marciales, la dirección de proyectos requiere disciplina, autocontrol y adaptación a un entorno muchas veces desafiante y en constante cambio. En las artes marciales, nos enfrentamos a situaciones impredecibles y debemos responder con agilidad, confianza y claridad mental, tal como un director de proyectos debe responder a los desafíos y riesgos que surgen en el transcurso de un proyecto.

Ya se ha escrito a este respecto, pero dejadme aportar mi granito de arena, y hagamos una nueva reflexión.

Las artes marciales ofrecen una analogía rica y profunda para entender los distintos enfoques en la dirección de proyectos: el predictivo, el ágil y el híbrido. Cada arte marcial, desde su técnica y filosofía, refleja maneras diferentes de enfrentar los desafíos, adaptarse a situaciones cambiantes y evolucionar a través de la práctica y el aprendizaje. Estos principios se encuentran también en los enfoques de gestión de proyectos, cada uno de los cuales propone una forma particular de alcanzar los objetivos y resolver problemas según el contexto y los requisitos del proyecto.

El aikido, por ejemplo, se basa en el principio de armonización con la energía y la fuerza del oponente, utilizándolas para neutralizar el ataque en lugar de resistirlo. Esta filosofía refleja el enfoque ágil, que, en lugar de resistir el cambio, lo acepta y lo integra como parte esencial del proceso. Así como en aikido se aprovecha el impulso del adversario para guiarlo sin crear conflicto, en un proyecto ágil se permite que los requisitos evolucionen a lo largo del desarrollo. En lugar de seguir un plan rígido, se responde con agilidad a los cambios, creando un entorno de colaboración y adaptación que beneficia al equipo y al proyecto.

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