Quizás has podido escuchar a alguien o leer en algún post o artículo, aquello de: “Agile no sirve para nada” o “antes de que pivotáramos a modelos ágiles nos iba mejor” o el famoso: “hemos invertido mucho dinero para realizar una transformación ágil y no ha cambiado nada, de hecho, estamos peor que antes”. Aunque nos gustaría que todas las transformaciones llegaran a buen término, muchas no lo hacen, y, por desgracia, estas malas experiencias pueden llegar a influir en las decisiones de otras empresas sobre si transformarse o no.
Para que te ayude a entender un poco el porqué de estas opiniones negativas, quiero aprovechar este artículo y contarte, en mi opinión, y experiencia, algunos factores que pueden hacer fracasar una transformación ágil. Vamos a ello:
- Talla única: también podríamos haber titulado este factor como, “un modelo para todos”. En general, cada empresa es “de su padre y de su madre” como ocurre con las personas que la forman, y, por tanto, la cultura, la gestión de personas, los procesos varían de una organización a otra. Pretender copiar un modelo de transformación que ha sido exitoso en una empresa, simple y llanamente porque a dicha organización le salió un business case maravilloso y los resultados fueron estupendos, no son razón suficiente como para copiarlo, aunque sea el mismísimo modelo Spotify (spoiler alert: ni ellos lo usan), esto no nos garantiza que, porque haya funcionado antes, lo vaya a hacer en nuestro caso. Lo ideal es que, si un modelo te gusta, quédate con los valores, con los principios y moldéalo según tus necesidades. Cuando hablamos de transformar una empresa a nivel organizacional, cambiar estrategias, cultura, organización, no todo vale y no hay una receta/modelo/forma escrita que puedas seguir al pie de la letra y que te asegure el éxito.
Manager y Scrum Master en una de las Consultoras más importantes del país. Tuvo la suerte de nacer en Sevilla y de poder desarrollar su carrera en esa ciudad. En sus ratos libres podrás encontrarla disfrutando de su pequeña, paseando por las calles de su ciudad leyendo un buen libro.