Sin duda la Inteligencia Artificial (IA) es el tema de moda. Todo tema tecnológico pasa, de alguna manera, cerca, por no decir de pleno, con la utilización en mayor o menor medida de IA, colaborando o copilotando (según Microsoft) en generación de textos, de música, de imágenes, etc…todo ello con sus desafíos éticos y sociales, lo que claramente nos coloca ante un nuevo punto de inflexión de la historia, que cambiará muchos de los paradigmas vigentes hasta el momento.
Os puedo asegurar que volveré sobre este tema y sus aplicaciones en el ámbito de los proyectos, de la empresa y de nuestras vidas, de forma recurrente, pero permitidme que hoy hablemos de otra cuestión, a mi entender igual de vigente y que, todavía, genera dudas a muchas personas con responsabilidad en la toma de decisiones dentro de sus organizaciones y que es la utilización (o no) de “la nube”.
Empecemos por el principio: ¿qué es Cloud computing o llevar alguna cuestión a la nube? Puede parecer algo muy complejo, pero créeme, es mucho más sencillo de lo que aparenta. Por resumirlo mucho (pero mucho) se trata de disponer de recursos de hardware y software a través de internet. Por ejemplo, puede resultar similar a un contrato de electricidad, de gas, agua o cualquier suministro que podamos tener en nuestra empresa, pero dentro del ámbito tecnológico, en definitiva, se trata de pagar por servicio/ uso la tecnología que necesitemos. Muchas veces (probablemente más de las que crees) ya se está utilizando por una buena parte de las empresas. Lo más habitual es que se utilice para el correo electrónico, almacenamiento de datos (o sus copias de seguridad), documentación, fotos, etc. De hecho Gmail (plataforma de correo que supongo utilizarás de una forma u otra) lleva con nosotros desde 2004 y Google Docs desde 2007 y ambos utilizan de forma nativa plataforma Cloud.
Hablemos de cuáles, creo que son los principales beneficios que puede aportar a nuestro negocio:
En primer lugar, como dato curioso, me gustaría comentar que un 94% de las organizaciones que utilizan ya este modelo creen que mejoran la seguridad de su información.
Sin duda tenemos un menor coste de entrada para poder utilizar la tecnología que necesito. Imagínate que montamos (o actualizamos) un negocio y que tenemos que comprarnos un servidor (aunque sea pequeño), licenciarlo (Sistema Operativo, licencias ofimáticas….), comprar cabinas de discos (por ejemplo, para las copias), elementos de seguridad, etc. y a esto hay que añadir los servicios (u horas si lo hacemos nosotros) para montaje, configuración, etc. Mientras que esto mismo en la nube se contrata de una forma bastante sencilla, de forma inmediata y con un coste de entrada muy inferior, puesto que básicamente pagamos por la utilización de todo ello.
Otro beneficio reseñable es el de disponer de una mayor seguridad tanto física para asegurar, por ejemplo, que nadie sin la debida autorización acceda de forma presencial al servidor (¿en tu empresa controlas esto?, ¡deberías!) o, si alguien accede, saber quién y cuándo, medidas antiincendios, etc., como seguridad lógica: firewalls, IDS (Sistema de Detección de Intrusiones por sus siglas en inglés), IPS (Sistema de Prevención de Intrusos), etc., en definitiva, diferentes herramientas que facilitan que nuestra información esté lo más segura posible.
También es valorable el aspecto de la flexibilidad en cuanto a capacidades. Aquí, claramente debemos distinguir entre aquellas empresas que son estables (en demanda de recursos TIC) a lo largo del tiempo y aquellas que varían en función de determinadas circunstancias (estacionalidad, eventos, etc.) que son las que más pueden apreciar esta característica ya que si disponen de su plataforma en la nube, pueden aumentar sus capacidades puntualmente y volverlas a su término valle en cuanto ya no sea necesaria tanta capacidad (lo cual resultaría inviable en una situación estándar con un CPD en nuestra organización, que previsiblemente nos veríamos abocados a tener sobre dimensionado de forma permanente).
Esto ha sido importante, incluso para empresas “estables” en la época de la pandemia ya que estas empresas han podido adaptar sus recursos a las necesidades de su negocio en esos momentos tan complicados
Soy Project Manager de mi propia empresa, ¿Qué más puedo pedir? Disfruto mucho cuando nuestros proyectos provocan auténticas transformaciones en los procesos. Riojano de adopción (por el poder del anillo) y apasionado de los viajes y la gastronomía y tras muchos años de experiencia os puedo garantizar que la mejor botella de vino es la que compartes con unos buenos amigos.