El zapato de Cenicienta

Articulo "El zapato de Cenicienta" de Ángela Plaza Lora en la Sección "Transformación Agile" de la Revista Stakeholders.news

Hace poco en una de las formaciones internas sobre agilidad que estaba impartiendo alguien me preguntó: “Cuándo una empresa decide realizar una transformación Agile, ¿todos los equipos deben usar el mismo marco de trabajo ágil?” Esta pregunta me la suelen hacer en alguna que otra sesión de las que imparto, y me parece una pregunta muy buena ya que suele generar mucho debate y la gente suele animarse a dar sus puntos de vista sobre el tema.

A mí, cuando me formulan esta cuestión, siempre se me viene a la cabeza Cenicienta…si si, Cenicienta la del cuento, y en concreto esta parte del cuento:

“(…) y fue casa por casa buscando a la dueña del delicado zapatito de cristal. Muchas jóvenes que pretendían al príncipe intentaron que su pie se ajustara a él, pero no hubo manera ¡A ninguna le servía!

Se presentó en el hogar de Cenicienta. Las dos hermanastras bajaron cacareando como gallinas y le invitaron a pasar. Evidentemente, pusieron todo su empeño en calzarse el zapato, pero sus enormes y gordos pies no entraron en él ni de lejos. Cuando el sirviente ya se iba, Cenicienta apareció en el recibidor.

El lacayo tenía la orden de probárselo a todas, absolutamente todas, las mujeres del reino. Se arrodilló frente a Cenicienta y con una sonrisa, comprobó cómo el fino pie de la muchacha se deslizaba dentro de él con suavidad y encajaba como un guante.”

Volvamos a la pregunta y dejemos el porqué de Cenicienta y su zapato para el final…

Cuando una organización decide transformarse, hay muchas cosas que debe tener en cuenta, desde cómo la transformación afectará a su cultura, a su estructura organizativa o a sus procesos internos hasta cómo puede afectar al desarrollo de carrera de sus profesionales o a la manera en la que se mide su desempeño.

Como podemos ver no se trata solo de decidir cómo nos vamos a organizar para trabajar si no que estamos hablando de cómo vamos a transformar nuestra empresa para dejar atrás el modelo tradicional de gestión que llevábamos usando hasta ahora para seguir unos valores y principios ágiles.

Y creo que en el párrafo anterior está la respuesta a todo. Más allá de todas las decisiones que se hayan de tomar a nivel organizativo para conseguir que la empresa sea agile, todo debe estar sustentado bajo los valores y principios del manifiesto ágil. Es decir, que nuestra cultura deberá adecuarse a una cultura que fomente las personas por encima de los procesos, el estar abiertos al cambio y por tanto a errar por encima de los planes inicialmente fijados, a colaborar y buscar el entendimiento por encima de cualquier contrato firmado y a entregar software, servicios, productos o en general soluciones que funcionen (lo que ahora se conoce por Working Solutions) por encima de documentación.

Esa cultura sustentada en elaborar estas working solutions debe promover entre otros: la satisfacción del cliente, la entrega iterativa, una adaptación constante al cambio, que se posibilite la comunicación cara a cara, que haya una coordinación y colaboración entre negocio y producto a la hora de trabajar, promover la confianza y los entornos de trabajo motivantes para los empleados, fomentar la comunicación cara a cara (ya sea física o virtual), la excelencia técnica, la simplicidad (aquello que dicen de mejor hacer algo que hacerlo todo perfecto), la reflexión y adaptación para mejorar y sobre todo dar a los equipos ese poder en la toma de decisiones para que sean autoorganizados.

Y he aquí, el quid de la cuestión. Cuando una empresa se transforma y sigue los valores y principios del manifiesto ágil y verdaderamente es agile, sus equipos, los que ha creado, ya sea por áreas, por departamentos, multidisciplinares, por squads o tribus, tienen la potestad suficiente para decidir cómo quieren trabajar. Y, por tanto, deben ser ellos quiénes decidan qué marco o marcos de trabajo usar en su día a día. Si verdaderamente la organización ha interiorizado los valores y principios de la agilidad promoverá que sus equipos sean los que busquen los métodos, procesos o marcos que mejor se adecuen a su idiosincrasia. Esto no quita que, por el bien de la coherencia en la organización, todos se rijan por una serie de procesos, reglas y estándares comunes. Pero en lo que se refiere a su trabajo, el del día a día, el que genera valor para el cliente, ya sea externo o interno, la decisión de cómo hacerlo es del equipo.

En resumidas cuentas, la respuesta para mí es NO. Cuando una empresa se transforma no debería forzar a trabajar con el mismo marco de trabajo a toda la organización. Ni siquiera en las organizaciones tradicionales los departamentos o áreas tienen los mismos modos de trabajo. Pensemos incluso fuera del ámbito empresarial, en una familia, ni los hermanos se comportan ni actúan igual pese a ser sus padres los mismos… ¿por qué si habrían de tener modos de trabajo estándares y homogéneos en organizaciones ágiles?

Los equipos pueden estar trabajando en soluciones diferentes, en diferentes etapas de esas soluciones, para clientes diferentes, y por tanto habrá equipos que necesiten usar Scrum, otros que necesiten usar eXtreme Programming, otros que por la naturaleza de su día a día usen Kanban (spoiler alert: Kanban no es un marco de trabajo ágil, aunque si que se usa extensivamente entre los equipos ágiles) otros equipos que hayan creado una combinación propia de diferentes buenas prácticas de cada uno de esos marcos de trabajo (lo que conocemos como Cherry picking) y otros incluso que hayan llegado hasta el punto de innovar creando sus propios marcos de trabajo.

La organización debe dar esa libertad, ese empoderamiento a los equipos para que encuentren ese equilibrio en el que se sienten cómodos trabajando como equipo, con todo lo que eso supone (inspeccionar y reflexionar, excelencia técnica, adaptación al cambio, entregas regulares…etc.) y entregando valor al cliente.

Y, ¿cómo encaja todo esto con Cenicienta? Pues para mi es una metáfora. En el cuento de Cenicienta, el hada madrina se aseguró de hacerle un zapato a su medida, que solo a ella le valiese, y que solo ella pudiese calzar, para conquistar al príncipe. En el caso de las organizaciones ágiles, la cultura que se crea promueve y asegura que se de a los equipos la libertad para trabajar con un método que se ajuste a sus necesidades de cara a conquistar (a través del valor) a su cliente.

Manager y Scrum Master en una de las Consultoras más importantes del país. Tuvo la suerte de nacer en Sevilla y de poder desarrollar su carrera en esa ciudad. En sus ratos libres podrás encontrarla disfrutando de su pequeña, paseando por las calles de su ciudad leyendo un buen libro.  

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