PUNTO DE PARTIDA
Esta segunda entrega profundiza en la relación entre resiliencia y emprendimiento, ampliando los conceptos tratados en el primer artículo. Como veíamos, para caracterizar a las organizaciones se utilizaba el concepto de orientación emprendedora, que diferencia tres aspectos clave.
a)Innovación: Una organización emprendedora sobresale en su capacidad para generar soluciones creativas y alternativas. Este enfoque no solo fomenta respuestas internas eficientes, sino que también impulsa la búsqueda de oportunidades externas.
b)Proactividad: Más que reaccionar a los cambios, una organización emprendedora parece adelantarse a ellos. Esto se debe a que identifica tendencias emergentes y se preparar con antelación, lo que le permite mantenerse un paso por delante en un entorno que hace tiempo que dejó de ser estable.
c)Asunción de riesgos: Las empresas emprendedoras se atreven a comprometer recursos en iniciativas prometedoras, siempre con un análisis meditado. Este enfoque equilibra audacia con prudencia y permite aprovechar las oportunidades.
Estas características no solo definen a las organizaciones emprendedoras, sino que también potencian su resiliencia. Y a eso dedicamos el presente artículo, a tratar de desgranarlo…