Ya que hemos cerrado el 2023, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra carrera profesional. A menudo, nos encontramos atrapados en la dicotomía de “me han suspendido” vs “he aprobado”, una manifestación clara del sesgo de atribución auto-servidor, donde atribuimos los éxitos a nuestras capacidades y los fracasos a factores externos. Este fenómeno, no solo afecta nuestra autoestima, sino también nuestra percepción y decisiones en el mundo profesional, especialmente en la dirección de proyectos.
Este sesgo, conocido también como “self-serving bias”, nos lleva a menudo a una interpretación errónea de nuestros logros y fracasos. Fritz Heider, con su teoría de la atribución causal, y otros estudios como los de Ross & Sicoly (1979) y Gray & Silver (1990), han proporcionado una comprensión profunda de cómo este sesgo afecta nuestras relaciones interpersonales y nuestro rendimiento en el trabajo. Esta forma de pensar protege nuestra autoestima, pero puede distorsionar nuestra percepción de la realidad, afectando negativamente nuestro crecimiento personal y nuestras relaciones interpersonales. Al no reconocer nuestras propias deficiencias o errores en situaciones de fracaso, perdemos oportunidades de aprendizaje y mejora. Comprender y reconocer este sesgo es fundamental para desarrollar una autoevaluación más equilibrada y realista.
Para contrarrestar este sesgo y evaluar objetivamente nuestro año profesional, propongo un ejercicio de autoanálisis, basado en datos y hechos concretos. Primero, analiza tu salario actual. ¿Estás bien remunerado según los estándares del mercado? Busca asesoramiento de un experto para ubicarte correctamente en el espectro salarial y no caigas en el error de sacar conclusiones de cuatro comentarios que te hacen sobre tu sueldo…
CEO de Magtalent. Director del Programa de Dirección Estratégica de Proyectos de IE Business School. Consejero, Escritor. Conferenciante.