Al finalizar la pasada temporada, dejé una pregunta abierta:
Los proyectos son una evidente herramienta de desarrollo económico y social y suponen un porcentaje muy relevante y creciente de la actividad. Mientras tanto las tasas de éxito de los proyectos se mantienen estables, en unos niveles muy lejanos a lo deseable. Si el pastel crece y el número de porciones sigue siendo el mismo, las porciones serán cada vez más grandes. Pues eso pasa con los fracasos de los proyectos a medida que más trabajo se realiza por proyectos.
La cuestión es la siguiente: ¿son las empresas conscientes de todo esto?
Mi reflexión abierta
Así que me puse manos a la obra con la investigación. Consulté a varios colegas y también lancé mi pregunta en redes (la podéis ver en mi perfil de LinkedIn).
Los datos dicen:
- Que los proyectos son un motor fundamental de la economía, con una participación en el PIB por encima del 40% en Alemania y del 50% en China. De forma sencilla, la mitad del trabajo se hace por proyectos. Y esto crece (Schoper, 2017), más teniendo en cuenta las transformaciones digitales, las grandes iniciativas de fondos públicos (NextGen)…
- Que las tasas de éxito son pobres, muy pobres. Flyvbjerg&Garnder dicen que sólo un 0,5% cumple en presupuesto, plazo y beneficios previstos (How Big Things Get Done, 2023). Otras fuentes, como el Chaos Report (2021), hablan de una tasa de éxito de un 31%.
Es decir, cada vez se hacen más proyectos, con similares tasas de fracaso, provocando mayores pérdidas, lógicamente.
Si vamos hacia un mundo por proyectos, hacia la Economía de Proyectos, ¿cómo podemos competir así? O al revés, ¿por qué los proyectos no son vistos como una herramienta clave para ser competitivo? ¿Esto no debería ser algo a considerar en las agendas de los altos directivos?
Las respuestas
De esas conversaciones y esos mensajes, hago una síntesis de las respuestas y comentarios. Gracias a David, Elisabeth, Emma, Francisco, Jaime, Javier, Juanje, Miguel, Ricardo, entre otros, por unirse a la conversación (si alguien quiere incluir alguna razón más, estaré encantado de ampliar el listado).
- Los proyectos se ven como algo técnico: los proyectos arrastran un pasado vinculado a lo técnico, como herramientas para optimizar, para mejorar la eficiencia. Eso es solo una verdad a medias, en el siglo XXI los proyectos son más una herramienta de futuro, de exploración e innovación, transversal a cualquier área y que se apoya fundamentalmente en las personas.