Sin productividad no hay paraíso

Qué lejos debería quedar la esclavitud en el trabajo descrita por la película de cine mudo “Tiempos modernos” de Charles Chaplin. En plena Era Digital, con acceso a toda la información del mundo en nuestra mano, resulta pintoresco volver a este filme en blanco y negro que parodia el trabajo en las líneas de fabricación para iniciar una reflexión sobre cómo trabajamos hoy en día en las organizaciones.

La digitalización del trabajo y de la vida nos han hecho mucho más productivos como trabajadores, pero también más infelices como personas. Ahora el trabajo del conocimiento invade el tiempo de ocio y los momentos de descanso. La inundación de comunicaciones distorsiona los objetivos a conseguir en cada día de trabajo (ah, pero ¿hay que tener objetivos diarios?). El incumplimiento de los planes genera urgencias y un día a día impredecible. Como consecuencia los agobios del trabajo invaden la vida particular, extendiendo la jornada y llevándose las preocupaciones laborales a casa. El caldo de cultivo para el estrés y la insatisfacción está servido.

Con el fin de ayudar en este complejo escenario laboral, Javier Peris y yo nos fijamos el reto de ayudar a la sociedad, investigando las mejores prácticas de productividad existentes que pudieran ayudar a las personas. Con el apoyo de UNE, hemos generado las dos primeras normas nacionales (UNE 71403 y UNE 71404) enfocadas en mejorar la productividad de los profesionales en esta Era Digital. Con ellas, la productividad da un paso de gigante en la escala de las técnicas de gestión empresarial, asciende de la categoría de “auto ayuda” a la de todo un estándar nacional.

El primer aspecto a tener en cuenta es que es muy difícil ser productivo si los estamentos superiores (Consejo de Administración, CEO, Director, etc.) tienen una gestión caótica de sus necesidades y de su día a día. Por ello, la felicidad de una persona comienza por trabajar en un Departamento bien estructurado y organizado.

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