«Sabemos por qué fallan los proyectos; sabemos cómo prevenir sus fallos – así es que ¿por qué siguen fallando?»
Ciertamente, cada vez se produce una mayor tasa de utilización de enfoques, ágiles, desarrollos iterativos y sprints a corto plazo que pretenden minimizar grandes fracasos (especialmente en términos económicos), pero, lamentablemente, a pesar de todo, sigue siendo igual de cierto que muchos proyectos de TI siguen fracasando.
Aunque, si bien es cierto que con estas prácticas, la definición de fracaso se ha transformado y que su utilización facilita que estos proyectos fallidos no signifiquen un fracaso absoluto, ni que necesariamente haya que tirar todo a la papelera y empezar de nuevo, estos fracasos implican que estos proyectos no ofrecen buena parte, por no decir todos, los beneficios esperados para los que se establecieron o que, directamente, cuando se completan, ya es demasiado tarde y el proyecto en sí mismo resulta obsoleto.
Pero, ¿qué es lo que está pasando?, por qué siguen fracasando tantos proyectos (de IT)?, por qué no somos capaces de alcanzar esa visión de un mundo en el que los proyectos tengan éxito? Busquemos e investiguemos sobre algunos de los sospechosos.
(Te adelanto que, como mínimo, habrá un segundo listado con más sospechosos)
Falta de experiencia en las tareas propias de Dirección de Proyectos:
Se tiende a recurrir a miembros del equipo para que asuman (casi siempre como trabajo adicional) la tarea de liderar proyectos, pero de forma habitual, estas personas bien no tienen los conocimientos, la experiencia o la capacitación necesarias para poder llevar a buen puerto esa encomienda sobrevenida, bien se encuentran gestionando otro (su) trabajo a tiempo completo. Asimismo, de forma habitual, a estas personas tampoco se les brinda tiempo para adquirir alguna de las habilidades que necesitan para completar algunas de las tareas adicionales de dirección de proyectos. Simplemente se espera que esas personas administren de forma satisfactoria los proyectos que se les encomiendan.
La realidad, sin embargo, se afana por demostrar que poner personal profesional debidamente capacitado genera per sé mejoras haciendo que la ejecución de los proyectos sea más eficiente, simplemente porque estas personas son mucho más capaces de racionalizar los recursos, de generar el sentimiento necesario para que todo el equipo fluya en la misma dirección o de implementar la gobernanza necesaria…
Soy Project Manager de mi propia empresa, ¿Qué más puedo pedir? Disfruto mucho cuando nuestros proyectos provocan auténticas transformaciones en los procesos. Riojano de adopción (por el poder del anillo) y apasionado de los viajes y la gastronomía y tras muchos años de experiencia os puedo garantizar que la mejor botella de vino es la que compartes con unos buenos amigos.