En un mundo que cambia rápidamente, la pregunta de si trabajamos más o menos que generaciones anteriores es más relevante que nunca. A menudo, nuestra percepción sobre la cantidad de trabajo y cómo este ha evolucionado con el tiempo está distorsionada. El cerebro por sus sesgos cognitivos y por la forma en la cual guarda los datos, nos engaña continuamente. Todos opinan si llueve más o menos, simplemente basado en su percepción, en lugar de analizar los datos. De manera similar, el debate sobre las horas de trabajo parece estar lleno de percepciones más que de hechos.
Datos Contra Percepciones
A pesar de las narrativas comunes, los datos que se adjuntan en la gráfica muestran una tendencia global hacia la reducción de las horas de trabajo semanales. Esta tendencia es especialmente notable en países con un alto nivel de bienestar, donde las políticas laborales han favorecido jornadas más cortas. Sin embargo, este cambio no se refleja uniformemente en todos los sectores. Mientras que las horas oficiales de trabajo disminuyen, especialmente en trabajos de servicio directo al público, en los denominados trabajos de “cuello blanco”, las horas reales trabajadas también siguen una tendencia a la baja, aunque las horas oficiales solo sirvan como referencia.
El gráfico adjunto revela una tendencia significativa en la evolución del trabajo a lo largo de casi un siglo y medio. Desde 1870 hasta aproximadamente 2017, ha habido una marcada disminución en el número de horas trabajadas anualmente por persona en países desarrollados como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Suecia, Bélgica, Francia y Alemania.
CEO de Magtalent. Director del Programa de Dirección Estratégica de Proyectos de IE Business School. Consejero, Escritor. Conferenciante.