Revisemos algunos desastres, por ejemplo, el colapso del Puente de Tacoma Narrows, la explosión del transbordador Challenger, los incendios en el túnel del Mont Blanc y del funicular de Kaprun, o el hundimiento de los terminales del aeropuerto Charles de Gaulle.
En todos ellos, encontramos similitudes en la inadecuada gestión de riegos y de seguridad, en deficiencias en la comunicación y la toma de decisiones, o en los problemas de diseño y mantenimiento.
Cabe hacerse una pregunta ¿las normativas y estándares, aplicables en cada situación, nos deberían haber ayudado a evitar estas situaciones o al menos habernos advertido con antelación?
La respuesta es compleja, pero lo que es indudable es que en todos los casos se implementaron cambios regulatorios después de los desastres:
– Puente de Tacoma Narrows (1940): Se introdujeron nuevas regulaciones que consideraron los efectos aerodinámicos en el diseño de puentes. Además, se implementaron procedimientos estándar para realizar análisis de flujo de viento en modelos a escala antes de la construcción, y se estableció la obligatoriedad de probar estos modelos en túneles de viento para evaluar su comportamiento aerodinámico.
– Transbordador Challenger (1986): Se revisaron y mejoraron las políticas de gestión de riesgos y seguridad. Se creó la Oficina de Seguridad, Fiabilidad y Garantía de Calidad (S&MA) para supervisar todos los aspectos de la seguridad de los vuelos espaciales. Se mejoraron las líneas de comunicación y se aseguraron de que las advertencias y recomendaciones técnicas se transmitieran a todos los niveles. Se rediseño el cohete propulsor sólido y se establecieron procedimientos de prueba mas rigurosos para componentes críticos.
– Incendio en el Túnel del Mont Blanc (1999): Se instalaron sistemas avanzados de detección y extinción de incendios, así como la mejora de la ventilación y de los sistemas de extracción de humo. Se incrementó el número y la distribución de las salidas de emergencia. Las regulaciones de seguridad de los túneles se revisaron y actualizaron para incluir nuevas tecnologías y mejores prácticas.
– Incendio del Funicular de Kaprun (2000): Se introdujeron normativas más estrictas para los sistemas de calefacción y materiales de construcción en vehículos de transporte público. Se mejoraron los sistemas de evacuación y las rutas de escape en instalaciones similares. Se realizaron revisiones exhaustivas de seguridad en funiculares y teleféricos en toda Europa.
Hundimiento de las Terminales del Aeropuerto Charles de Gaulle (2004): Se llevaron a cabo revisiones estructurales de otras terminales y edificios similares. Se implementaron procedimientos más estrictos para la supervisión de la construcción y el cumplimiento de los estándares de seguridad. Se actualizaron los estándares de diseño y construcción para asegurar su adecuación para las cargas y condiciones reales. Se actualizaron las responsabilidades de los ingenieros supervisores.
Estos cambios regulatorios específicos introducidos después de los desastres no solo mejoraron la seguridad y la gestión de riesgos en sus respectivos campos, sino que también establecieron nuevos estándares para la industria.
Jose Antonio Puentes 35 años de experiencia en diferentes funciones y departamentos como informática, calidad industrial, I+D, logística, comercial, y fundamentalmente Dirección de Proyectos; y en diferentes sectores: IT, Energía, Control de Calidad, I+D, Formación, Teleco, etc., tanto en organizaciones nacionales como multinacionales. Posiciones que ha utilizado activamente para colaborar en el desarrollo de la profesión de Dirección de Proyectos en España. Es Presidente fundador del PMI Capítulo de España, y ha presidido el Capítulo de PMI de Madrid hasta Febrero-2008.