En clase, cuando hago una pregunta, muchos alumnos responden antes de que acabe de pronunciar la última palabra. Siempre les digo que, si se tarda menos de un milisegundo en contestar, probablemente la respuesta será incorrecta: o no hemos entendido la pregunta, o esta ha activado un prejuicio. En ambos casos, la respuesta será incompleta o errónea. Ahí comienza el verdadero aprendizaje: no en responder, sino en aprender a preguntar.
En la gestión de proyectos, mucho se ha dicho sobre la importancia de planificar, ejecutar, monitorear, controlar y cerrar adecuadamente un proyecto. Sin embargo, un aspecto menos visible —aunque profundamente estratégico— es el arte de formular preguntas. Lejos de ser un recurso anecdótico o una simple técnica de control, las preguntas que formula un director de proyectos (DP) pueden marcar la diferencia entre una gestión mecánica y una gestión consciente, entre una planificación rígida y una dirección verdaderamente adaptativa.
PREGUNTAR NO ES DUDAR: ES LIDERAR
Voltaire dijo: “Juzga a un hombre por sus preguntas más que por sus respuestas.”
Una de las principales creencias erróneas que existen en equipos inmaduros o entornos poco colaborativos es que un DP que pregunta mucho lo hace por desconfianza, por inseguridad o por querer controlar en exceso. Nada más alejado de la realidad. Un DP que sabe hacer preguntas oportunas, abiertas y significativas demuestra capacidad crítica, visión estratégica y escucha activa. Es alguien que no da nada por sentado y que quiere comprender las interrelaciones del proyecto más allá de los informes o los cronogramas.
Preguntar bien no es solo una habilidad blanda, sino una competencia técnica y estratégica. Exige comprensión del contexto, conocimiento profundo de los procesos y sensibilidad con las personas. El DP que hace buenas preguntas facilita la reflexión del equipo, fomenta la alineación con los interesados y descubre riesgos o suposiciones ocultas que podrían pasar inadvertidas.
PREGUNTAR EN PROYECTOS PREDICTIVOS
En cada etapa del proyecto, las preguntas bien formuladas por parte del director de proyectos (DP) no solo guían la toma de decisiones, sino que fortalecen el enfoque, la colaboración y la calidad del resultado final.