Entrenar la resiliencia (o cómo hacerse mejores)

"Entrenar la resiliencia (o cómo hacerse mejores)" artículo de Juan Manuel Dominguez en la Sección "Organizaciones Resilientes" de la edición de noviembre de 2025 #ST044 de la revista mensual Stakeholders.news La Revista Líder de la Alta Dirección y los Profesionales de Gobierno, Dirección y Gestión de Porfolios, Programas y Proyectos.

La resiliencia está empezando a parecerse a esas palabras que usamos tanto que corren el riesgo de perder sentido. Me vienen a la cabeza conceptos como innovación, emprendimiento… Y se me encienden las alarmas.

Así que en estas líneas vamos a ponerle un poco de orden y de método, porque la resiliencia no es un lema inspirador. Es algo que se entrena, se mide y se mejora.
De palabra de moda a músculo entrenable

Tradicionalmente, la resiliencia se ha vinculado casi en exclusiva con la capacidad de aguantar. Superar un golpe. Mantenerse en pie.

Pero el mundo no se detiene. Vivimos en una secuencia sin fin de cambios y ajustes. De crisis en crisis.

Hablar hoy de resiliencia es hablar de cómo nos preparamos, cómo respondemos y cómo aprendemos. Es decir, de un proceso continuo.

El error más común es pensar que la resiliencia es algo que se tiene. No. La resiliencia se entrena. Igual que la forma física o un idioma, se desarrolla con práctica, constancia y método.
Más allá de volver a la normalidad

La resiliencia se entendía como la capacidad de volver al estado anterior tras un impacto. Por un lado, suena un poco a nostalgia. Por otro, si algo nos enseña la historia reciente (pandemias, crisis financieras, disrupciones tecnológicas) es que volver a la normalidad suena a un lugar que ya no existe.

Las organizaciones más preparadas no son las que mejor aguantan, sino las que mejor evolucionan. No se limitan a sobrevivir, sino que aprenden y crecen. Más que volver hacia atrás, la resiliencia consiste en avanzar hacia delante.

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