Renés descartes, el ceo más humilde del mundo

Hace un par semanas, me invitaron a compartir en algunos conversatorios con un grupo emprendedores de mi país, estas sesiones hacen parte de un ecosistema llamado “EspacioTech”, un esfuerzo que busca aumentar la competitividad del talento Salvadoreño. Año con año, más de 200 Startups que evidencian muchas tracción y alto potencial presentan sus casos de negocio, donde el requisito principal es que cada modelo debe apalancarse en nuevas tecnologías.

Ciertamente mi respuesta automática fue “sí, apuntado” y acompañé mi confirmación con algunas consultas puntuales: ¿El grupo es heterogéneo, en edad, formación académica?, ¿Las Startups se encuentra en diferentes momentos de su ciclo de vida?, ¿Cocemos algunos de los dolores con los que deseamos apoyar?, ¿Cómo luciría la intervención perfecta, una vez termine con mis conversatorios? Los organizadores amablemente me compartieron detalles muy interesantes, pero digamos que la expectativa se resumía en “Ser CEO o Founder te expone a una gran cantidad de información; en ese orden, cómo hacer para identificar con humildad lo que más le conviene y lo que no, a tu modelo; claramente, sin perder lo que más diferencia a los emprendedores, ese corazón apasionado y obsesionado con su idea”. Mi respuesta fue “Ok, les contaré un poco de René Descartes”, lo organizadores sonrieron pensado que era algún tipo de broma, pero les pregunté nuevamente: “Me dan permiso” y ellos contestaron, “Vá, confiamos en vos”. Y así fue, les comparto como abrí mi conversatorio.

Salón con casi 100 emprendedores (Entre CEOs y Founders), omitiendo a propósito el saludo y luego de unos segundos de silencio, arranqué de la siguiente manera:

Decart ó Descartes, nació en 1,596 en Francia, su madre falleció cuando él tenía un año, fue criado y educado por su padre y su nodriza, cuentan que aparentemente era un niño muy preguntón y que siempre quería saberlo todo. A los nueve años ingresó a la escuela (de línea Jesuita) donde se dedicó a estudiar latín, a los filósofos clásicos y matemáticas. A los 18 inicia sus estudios en Derecho, pero nunca ejerció ya que optó por hacer carrera militar. Años después la abandona y desde ese momento enfoca todas sus energías a estudiar el comportamiento humano (Con un poco de auto censura, recordemos que Galileo estaba siendo juzgado y el pensamiento filosófico estaba dominado por la línea escolástica). Todo lo que Decart pensaba en aquel momento estaba relacionado al “engaño” y propone que existe algo que siempre engaña a los humanos;  sus sentidos, exponiendo que a veces vemos y escuchamos cosas, pero que en realidad son otras, él decide que los sentidos pueden conducirnos al error. En un caso más grave Decart advierte que siendo los sentidos captadores de información, la interpretación de esta puede llevarnos a no diferenciar entre lo imaginario y lo real.

Interesante que nuestro buen amigo René con mucha humildad propone que quizás somos seres que, en nuestra conformación, el error hace parte de nuestra naturaleza. Entonces ¿De qué podemos tener certeza?, Decart concluye, “De nada, sólo dudando podemos empezar a construir conocimiento, sólo la duda sistemática y metódica nos puede acercar a la verdad”. Para Decart, la duda es el principio de la sabiduría, es decir que no es a través de las certezas que podemos decir que conocemos algo.

Como CEOS, Founders o Ejecutivos, vivimos en el iceberg de la ignorancia, donde el 96% de los problemas permanecen escondidos a nuestros sentidos, se presume en la literatura de negocios que somos conscientes únicamente del 4% de los retos reales, nuestro equipo de gerentes es consciente del 9%, los mandos medios del 74% y los equipos que ejecutan en las trincheras conocen y viven el 100% de los problemas.

Soy un convencido de que, para el profesional del futuro, dejar de aprender es un “no negociable” y que aprender de la teoría, la práctica, pero principalmente de los errores es imperativo para cualquier de nosotros. Preguntémonos y permitámonos realizar un breve diálogo interno ¿Cuánto sabemos realmente?

Nos encontramos en un momento del tiempo donde la sobreinformación más allá de una virtud es un reto, donde parece que siempre hay algo nuevo que leer; esta inmensa cantidad de conocimiento, unida a la sensación de que todo está cambiando y que lo antiguo queda obsoleto, nos hace sentir que nunca es suficiente, que no llegamos y que siempre vamos tarde. Me encantaría preguntarle a nuestro amigo Decart ¿Qué opinión te merece este contexto?, pero hace varios siglos que nos dejó su respuesta: Daría todo lo que sé,  por la mitad de lo que ignoro”.

Profesional con 12 años de experiencia liderando Oficinas de Gestión de Proyectos (PMO) en las Américas, posee una Maestría en Administración de Empresas, Innovación y Finanzas, Experta en Rescate y Recuperación de Proyectos. Es profesor universitario y conferencista sobre Estrategia, Gestión de Portafolios y Proyectos, Desarrollo de Negocios, DesignThinking, Liderazgo y Neurosemántica. Actualmente está cursando un doctorado en Filosofía. Representa a varias juntas directivas en instituciones educativas y ONG dedicadas a promover el intercambio de conocimientos, los esfuerzos empresariales y la asistencia social a las comunidades necesitadas. Fundador yPresidente del PMOex (PMO Excellence Center) ONG dedicada a poner en valor la comunidad de profesionales sirviendo como enlacea redes globales de conocimiento y educación de clase mundial.

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