Aunque cuando leas este artículo ya llevaremos un rato consumido de 2023, déjame que te felicite y te desee lo mejor para 2023.
Como primera entrada del año, vamos a intentar describir someramente cuales pueden ser las tecnologías que destaquen en los próximos meses. El objetivo de ello es que, si vas a invertir en el proceso de transformación, puedas tener información sobre las tendencias tecnológicas para poder aprovechar al máximo dicha inversión.
Inteligencia Artificial.
Como no puede ser de otra manera, me siento en la obligación de hablar de la Inteligencia Artificial, más allá del famosísimo (y por eso hay que comenzar por este apartado) ChatGPT. Decir, en primer lugar, que, aunque esta tecnología está incrementando su velocidad de desarrollo, todavía estamos lejos de la Inteligencia Artificial de propósito general (que es a la que podemos denominar, de verdad, Inteligencia) y que, por tanto, resta un largo viaje hasta que podamos hablar de un futuro generado de forma automática. Cierto es que en el tema de procesamiento de lenguaje natural los avances son notables y buena prueba de ello es el propio ChatGPT capaz de dialogar con un elevado nivel de elocuencia y un “aparente” buen nivel de conocimientos (nivel que queda en entredicho a nada que se rasque un poquito y se pretenda entrar en detalles, más allá de obviedades) o que cada vez más los bots son capaces de atender e incluso resolver cuestiones más o menos complejas mediante una aparente conversación informal o que cada vez más en el campo de la subtitulación de vídeos se trabaje ya casi exclusivamente con estos algoritmos.
Incluso se está dando a conocer, de forma genérica, que estos algoritmos empiezan a “crear” imágenes, cuadros o incluso música, pero esa creatividad es más bien limitada y está basada en el sesgo de lo que se haya facilitado al algoritmo para entrenarlo. Es decir, como comentaba antes, que todavía queda un buen trecho hasta que las máquinas realmente “piensen” como parte de un proceso natural.
Por tanto, aun siendo cierto que, en algunos campos, se empieza a hablar de IA generativa y que está demostrando algunas capacidades que hasta ahora parecían estar fuera del alcance de los algoritmos, no debemos caer ni en alarmismos, ni en pensar que ya estamos ante la tecnología disruptiva definitiva y, por simplificar el “ruido” que se está generando últimamente desde que se ha abierto al público en general (cosa que por otra parte sirve para entrenar más y con mayor número de entradas al algoritmo) algoritmos como ChatGPT, estamos todavía muy lejos de que estos automatismos substituyan a las personas y esta inteligencia todavía es muy limitada, aunque es cierto que cada vez más puede posicionarse como soporte para las personas que toman decisiones.
Para que quede claro, os transcribo lo que el propio ChatGPT dice de sí mismo: “Soy un modelo de lenguaje entrenado por Open AI. Mi función es responder preguntas y ayudar a la gente con sus consultas, lo más precisa y claramente posible. Estoy programado para responder preguntas sobre una amplia variedad de temas, pero mi conocimiento se limita a lo que se me ha enseñado a través de mis entrenamientos. No tengo acceso a internet, por lo que no puedo buscar información adicional más allá de lo que ya sé.”
Computación Cuántica.
Que, simplificando mucho, por si alguien todavía no sabe de qué va, es un cambio de paradigma con respecto a la computación tradicional y que está basado en el uso de cubits que, a diferencia de los bits clásicos, permiten que su estado sea 0, 1 o ambos a la vez, lo que proporciona ordenadores capaces de operar millones de veces más rápido que los actuales. En este campo se está avanzando muchísimo y es muy posible que se den avances en esta área, ya de forma comercial, en muy breve plazo. Visto desde el punto de vista de los avances que nos va a proporcionar esta tecnología, resulta fantástico, pero, por el contrario, se pone de manifiesto un peligro potencial que radica en que claramente va a convertir en poco efectivas las actuales prácticas de cifrado y protección de la información: Cualquier nación/ empresa que desarrolle computación cuántica a escala tendrá la capacidad teórica de romper el cifrado de otros gobiernos, empresas, sistemas de seguridad, etc. y esto es algo que se debe tener muy presente de cara a las inversiones en ciberseguridad.
De hecho, ya existe lo que se denomina ciberseguridad y criptografía post cuántica donde organismos como la Agencia de Ciberseguridad de la Unión Europea ahondan en la necesidad de diseñar nuevos protocolos criptográficos e integrar sistemas post cuánticos en los protocolos existentes. En este escenario cabe destacar que la transición a la criptografía poscuántica (PQC) no termina con la selección y estandarización de los algoritmos poscuánticos. También se requiere la integración con los sistemas y protocolos existentes. Por tanto, debemos trabajar para estar preparados ante los retos que este nuevo paradigma traerá consigo.
Por todo ello existen cuestiones que debemos abordar desde ya mismo. Como, por ejemplo, tener en consideración las necesidades de integración de los sistemas de PQC en los nuevos protocolos o a la hora de modificar los existentes; y, además, considerar el uso de sistemas híbridos que podrían traducirse en una criptografía post cuántica agregada como una capa adicional a la criptografía pre cuántica.
Me quedan todavía muchas tecnologías y avances apasionantes que debemos tener presentes de cara a un proceso de transformación, que, previsiblemente, os introduzca en mi siguiente artículo.
Y para concluir por hoy, como os comentaba al principio, simplemente os deseo lo mejor para este 2023.
¡Hasta nuestro siguiente encuentro!
Soy Project Manager de mi propia empresa, ¿Qué más puedo pedir? Disfruto mucho cuando nuestros proyectos provocan auténticas transformaciones en los procesos. Riojano de adopción (por el poder del anillo) y apasionado de los viajes y la gastronomía y tras muchos años de experiencia os puedo garantizar que la mejor botella de vino es la que compartes con unos buenos amigos.