En la inmensa mayoría de las ocasiones cuando pregunto a profesionales o equipos si llevan a cabo “Lecciones Aprendidas” la respuesta es un rotundo si, no obstante, también en una inmensa mayoría de las ocasiones cuando profundizo en el asunto esos mismos equipos o profesionales no saben explicarme como lo hacen, es decir, creen que aprenden y lo peor creen que recordaran en el momento adecuado las lecciones aprehendidas sin ningún método que lo garantice.
La inmensa mayoría de los profesionales y equipos no disponen de métodos para llevar a cabo “Lecciones Aprendidas” o lo que es lo mismo, la mayoría de los profesionales y equipos no aprenden de la experiencia.
La experiencia me ha demostrado que el peor sitio donde guardar las cosas importantes es en nuestra cabeza. Nuestro cerebro tiene otras capacidades para la cual está mejor preparado y en las cuales le podemos sacar más provecho.
Además, desde un punto de visa egoísta nuestra cabeza no está para ir salvaguardando y manteniendo recuerdos y lecciones aprendidas derivados de nuestra actividad profesional consumiendo recursos que podríamos destinar a otras cosas mucho más lógicas y sobre todo placenteras.
Que alguien este recordando de manera inconsciente que un determinado modelo de furgoneta no cabe por la entrada de un portón en una feria en Alemania sin saber bien si va a volver a esa feria algún día me parece un esfuerzo totalmente baldío y no por la importancia de ese detalle sino porque el hecho de que esta persona lo intente mantener tampoco nos garantiza que si vamos a volver a esa feria se acuerde en el momento y en el lugar adecuado de aquello que una vez nos impactó negativamente y no debería de volver a suceder.
Pero llegados a este punto tampoco parece razonable como dicen algunas metodologías antiguas mantener un listado interminable de lecciones aprendidas, soporífero en grado sumo que algunos Project Managers Vintage se empeñan en leer al principio de cada proyecto ante el desinterés y el hastío de los participantes del proyecto.
Las lecciones Aprendidas son como los consejos de una madre que odias tener que escuchar hasta el momento en que te hacen falta y en el que desearías te los volviera a brindar.
¿Entonces por qué no acercar las Lecciones Aprendidas al momento preciso en el que van a hacer falta o en el que van a ser verdaderamente útiles? Eso ya empieza a sonar bien pero para ello deberemos cambiar el enfoque de nuestros proyectos desde un enfoque principalmente basado en actividades como lo es el enfoque tradicional, a un enfoque basado en el producto bastante mas innovador.
El día que en vez de estar metiendo el hocico en lo que debe hacerse, dediquemos nuestro tiempo a definir con claridad que es aquello que queremos obtener abandonaremos definitivamente la micro gestion y nos focalizaremos en la calidad pudiendo aprovechar incluso todo el potencial de las lecciones aprendidas.
Senior Strategist & Best Practices Specialist. Chief Knowledge Officer (CKO) y Formador Especializado en Metodologías de Gobierno y Gestion en Business&Co.®. Porfolio Manager, Programme Manager y de vez en cuando domador de Proyectos. Director de las Revistas “Tecnología y Sentido Común”, “Stakeholders.news” y del Informativo “El Semanal”.