Una Cultura de Excelencia basada en motivación, equipo y energía.
Aunque esta sea una revista de tendencias y reflexión, ¿te apetece recorrer un caso muy singular con más de 40 años de éxito gracias a una Cultura de Excelencia?
Vamos a reflexionar sobre la Cultura de Excelencia, que proporciona experiencias excepcionales al cliente y fidelización a través de la alegría en el trabajo y la creación de equipo. Rescato la olvidada historia de una increíble pescadería, sus pescaderos y sus peces voladores que debería haber cambiado el mundo.
En un tiempo lejano tecnológico, cuando Internet estaba naciendo a la empresa y Amazon vendía solo libros de papel, me topé con el caso de una remota pescadería llamada a cambiar nuestro mundo laboral. Al final, la onda de transformación fue absorbida por las rutinas corporativas y cayó en el olvido. En cambio, estos pescaderos han continuado generación tras generación con su particular forma de trabajar. No sé qué es más sorprendente, si su cultura o cómo ésta ha perdurado en a lo largo del tiempo.
Ahora, muchos años después, las serias y jerarquizadas corporaciones están poco a poco descubriendo por sí mismas algo que ya estaba inventado hace tiempo. Hablamos de energía en el trabajo, de ilusión, de motivación y de interacción humana.
La historia comienza en 1986 en una decadente, fría y encharcada pescadería en la frontera gris de Estados Unidos con Canadá (en el mercado de la plaza Pike de Seattle). El dueño tuvo que hacer algo para reflotar su negocio de venta de pescado en caída libre. Decidió convertir en juego y diversión el trabajo de los dependientes y su relación con los clientes. Así, ayudar a los clientes a seleccionar la pieza de pescado adecuada se convirtió en diversión, y organizar varias veces al día los mostradores de hielo granizado un motivo para el orgullo.
Hace poco, quise ver si todavía esta pescadería seguía viva. Y sí, los nietos de los pescadores originales siguen trabajando con la misma energía y diversión. Se han convertido en una atracción turística, como algo pintoresco y excepcional. Y siguen vendiendo pescado como locos. Han sobrevivido al paso del tiempo, aunque su impacto en las empresas europeas ha sido bajo o nulo. Lo cual es una auténtica lástima.
Año tras año, generación tras generación, la pescadería ha seguido siendo un éxito en ventas. Los pescaderos se han ido renovando, pero la cultura original de energía y entusiasmo ha permanecido, curioso…