Una recomendación para llevar adelante un proyecto para mejorar la gestión de servicios digitales.
En tiempo de agilidad empresarial relacionada por supuesto a los avances tecnológicos que vemos en cercanía día a día se nota desde hace ya un tiempo importante el reconocimiento a la necesidad imperiosa de robustecer la gestión de los servicios digitales en todo rubro; hablamos de gobierno, ámbito privado, ámbito educativo entre otros.
Las organizaciones empiezan a valorar los procesos de gestión establecidos basados en buenas practicas reconocidas como cimiento esencial para desarrollar la agilidad empresarial que demanda el mundo actual.
El dilema (y como opinión me parece algo mas que bueno) es que ese robustecimiento quiere también “agilizarlo”.
Inicialmente la necesidad de procesos o formalizar ciertas practicas de gestión de servicios para apoyar el gestión eran una “piedra en el zapato”, concurrían los consultores, pedían un análisis de brecha de todas las practicas, generaban un largo informe con un plan de adecuación con múltiples actividades y costes asociados y se iba a un proyecto cascada de largo horizonte.
Estos proyectos iban en paralelo a otras actividades “agiles” de adecuación empresarial, como formación de equipos multi disciplina para abordar determinados servicios empresariales asociado a lo digital, por ejemplo. El proyecto de “procesos” y su cascada de fases iba perdiendo prioridad y por otro lado cierto desgaste en los equipos de implantación por ejemplo por falta de colaboración.
Actualmente estamos viendo algo diferente, “ágil” y de “buena salud” en su ciclo de vida, aunque sea de largo horizonte respecto a su punto de cierre.
Y lo que estamos viendo con buen resultado son proyectos híbridos (“cascada-ágil”) de evolución en capacidades de practicas de gestión basados en un marco de referencia reconocido de evaluación de capacidades (léase COBIT, ITIL Maturity, ISO 33074 por ejemplo).