Con su reciente triunfo en el Australian Open Djokovic igualó la marca de 22 Grand Slams de Rafa Nadal.
La candidatura del tenista serbio como mejor de todos los tiempos se fundamenta en solidas bases. Tiene el récord de más semanas como 1º de la ATP con 374, es el único tenista en toda la era Open que ha sido número uno durante siete años: 2011, 2012, 2014, 2015 2018, 2020, 2021. Es el jugador con más victorias siendo el primero del ranking con 448. Además, tiene el récord de Master 1.000 ganados con 38 y de puntos ATP en una temporada 16.950. En la misma línea parece apuntar Toni Nadal, tío y ex entrenador de Rafa Nadal “El tenis de Djokovic es el más completo de todo el circuito”.
Los defensores de Nadal como “GOAT Gratest of All Times” se basan en su igual número de títulos major 22 que Nole, dos más que Roger Federer, mas 5 Copas Davis por una de sus rivales Roger y Novak y el oro olímpico en individuales y dobles frente a la plata y oro de Federer y el bronce de Novak. Además, alegan y con esto enlazamos con la situación en que seleccionamos el portafolio optimo de proyectos, queda mucha temporada y ya romperemos la igualdad en Roland Garros.
Por otra parte, Federer con 20 Gran Slams, 6 copas de Maestros, 28 Masters 1.000 y plata y oro olímpico parece tener difícil de justificar su puesto como mejor de todos los tiempos algo que hace cinco años poca gente hubiera cuestionado. Por otra parte, se puede argumentar que el que mas cobra es el mejor profesional y en esto la distancia de Federer es sideral frente a sus contrincantes en la pista según la revista Forbes Roger Federer ganó 90,7 millones de dólares en 2022 año en el que apenas jugó.
En una reciente encuesta sobre 3.556 votos, Novak Djokovic es considerado el mejor del mundo por el 42,9%, frente al 35,9% de Nadal, y el 19,5 del tenista suizo.
Con estos apabullantes logros creéis que alguien pudiera argumentar razonablemente otros tenistas como los mejores de todos los tiempos. La respuesta es sí.
Podemos sensatamente argüir, como así lo indican los profesionales, que cada partido es muy difícil de ganar por la igualdad que hay en el circuito. Siguiendo este argumento el tenista que mas victorias haya conseguido en su carrera es el mejor. Si aplicamos este criterio desaparece y Nole y aparecen dos nuevos tenistas en los primeros lugares, el americano Jimmy Connors con 1.274 triunfos, seguido de Roger con 1.251 victorias e Ivan Lendel y Rafa Nadal con 1.068.
¿Por qué nos importa a nosotros si no todos somos fans del tenis? Cuando realicemos la selección del portfolio optimo lo debemos hacer en dos pasos: primero se definen los criterios por los que vamos a evaluar los proyectos y su importancia, segundo una vez acordado esto se define en qué medida cada proyecto los cumple. De este modo evitamos largas y en ocasiones exaltadas discusiones sobre que proyectos deben realizarse y el arte de la política donde se decide por aspectos no completamente transparentes.
Y todo este ejemplo tenístico lo hemos hecho sin incertidumbre, con datos históricos y disponibles. En nuestra practica de la PMO esta no va a ser nunca la situación. Alguna información estará basada en el pasado, aun esta no totalmente disponible en muchos casos, pero una gran parte se basa en estimaciones de desempeños futuros, muy difíciles de estimar en un entorno tan volátil como el actual.
El otro día estaba conversando con el Director de la PMO de una de las más importantes empresas públicas de infraestructuras. Estaba definiendo los KPIs para medir el rendimiento de su PMO. Me preguntaba: ¿Cómo mido la eficacia en la gestión de riesgos?
Hay dos medidas de eficacia de la gestión de riesgos: una más fundamental e indirecta para conseguir el éxito de los proyectos, la predictibilidad de tiempos y costes y por tanto mejorar todos los otros indicadores de rendimiento. Abundando en este concepto hay una trazabilidad entre recientes proyectos multimillonarios de infraestructuras que han llegado a un arbitraje internacional y no haber ejecutado las acciones incluidas en el plan de respuesta al riesgo.
Otra mas directa la diferencia entre el riesgo bruto o intrínseco, es decir el riesgo que tiene el proyecto antes de tomar las medidas de respuesta al riesgo, si no tomara ninguna acción y el riesgo residual del proyecto después de haberlas implantado.
Con esto estamos consiguiendo en proyectos recientes en los que estamos involucrados reducciones del coste asociado a los riesgos del entorno del 20% (diferencia entre el coste inherente asociado a los riesgos y el coste residual).
La buena noticia es que implantar las buenas practicas de gestión de riesgos es no precisa de inversiones costosas para su implantación ni de software especializado en la mayoría de los casos. Simplemente con una adecuada definición de probabilidad e impacto, un registro de riesgos que perfectamente se puede llevar en una hoja Excel.
La clave del éxito es contar con un Risk Manager experimentado, este perfectamente puede ser externo a la organización, y la involucración de los expertos en las distintas disciplinas del proyecto. El uso de buenas prácticas internacionales como el Practice Standard For Project Risk Management del PMI o ISO 31000, la confianza entre los stakeholders y la transparencia son claves para el éxito de la gestión de riesgos.
Pedro Balsa es Socio Director de Leapman, y Miembro de la Junta directiva de Madrid Network. Especializado en la gestión integral del ciclo de vida de los proyectos, desde la detección de la necesidad hasta su exitosa transferencia a operaciones asegurando los beneficios y expectativas esperados. Posee dilatada experiencia en gestión de Programas y Portafolios, así como en la implantación de PMOs. Tiene experiencia de trabajo en 21 países. Está participando como Evaluador Experto en el Programa Horizonte Europa de la Unión Europea.