Cada vez con mayor frecuencia me encuentro situaciones donde las organizaciones no pueden afrontar adecuadamente los retos y oportunidades que nos brinda esta era digital por culpa del llamado legacy, termino amistoso para definir aquello que deberia haber sido cambiado, pero nunca se ha encontrado el momento, el dinero, los recursos, la actitud o incluso la paz espiritual suficiente para hacerlo.
En la mayoría de estas situaciones la causa raíz es un poco más profunda, no hay que rascar mucho para darse cuenta que de ninguna manera el problema es el propio legacy, sino que lo que la verdad esconde, y es al foco del problema, la absoluta falta de documentación.
Se confunde con demasiada frecuencia rapidez con fugacidad y agilidad con precipitación creyendo de esa manera contentar en el plazo minimo de tiempo las necesidades de nuestros clientes sin pararnos a pensar si de verdad atendemos sus necesidades o nos estamos labrando un futuro mucho peor.
Frecuentemente veo directivos que deberían estar documentando que huyen hacia delante incorporando aquellas metodologías que menos le comprometen a documentar para meter debajo de la alfombra incapacidades y carencias que ponen en grave riesgo el futuro inmediato de la compañía.
Recuerdo una ocasión en la que escuché decir a un responsable, mejor dicho a un Mando Intermedio porque de responsable tiene bien poco, que un determinado aplicativo de gestion crítico para el negocio se documentaria cuando tuviera más tiempo o cuando se incorporaran más personas en el equipo. Le pregunté si él tambien a sus hijos esperaba a que tuvieran la mayoría de edad, o que hubieran encontrado pareja, para educarlos.
Lamentablemente en el mundo de las organizaciones se otorga responsabilidad a quien no es responsable y esto nunca acaba bien. Y digo que no se es responsable por pura naturaleza, es decir, hay ámbitos que pertenecen más al mono que al sapiens, venimos todos con una carga genética difícil de modificar y en base a esto se han definido distintos modelos o “Persotipos” que identifican claramente para que está preparado y para que no un determinado ser humano.
Si el lector quiere ahondar en la de los “Persotipos” cuestión le invito lea atentamente mis dos artículos de mayo y junio en la seccion “El Goberanuta” de la revista “Tecnología y Sentido Comun” donde trato con profundidad este asunto.
Entonces el problema no está tanto en la persona que no demuestra estar a la altura de las circunstancias sino de aquel que ha tenido los arrestos suficientes para darle una responsabilidad para la cual no estaba adecuadamente dotado.
Afirmar que cualquier ser humano puede ser lo quiera llegar a ser es una soberana incongruencia que además fomenta y propicia el fracaso personal y profesional de manera irresponsable. Le puedo asegurar al lector que yo hace muchos, muchos años tomé consciencia que jamás sería ni un baloncestista de élite, entrenara las horas que entrenara, o un saxofonista de éxito ensayara las horas que ensayara.
Senior Strategist & Best Practices Specialist. Chief Knowledge Officer (CKO) y Formador Especializado en Metodologías de Gobierno y Gestion en Business&Co.®. Porfolio Manager, Programme Manager y de vez en cuando domador de Proyectos. Director de las Revistas “Tecnología y Sentido Común”, “Stakeholders.news” y del Informativo “El Semanal”.