La base fundamental del Proyecto de Construcción es que es posible dar respuestas coherentes a las preguntas esenciales acerca del entorno que debe sustentar la vida y la actividad humana. La calidad en la arquitectura y como resultado, el entorno construido depende del proceso que la genera. La característica fundamental de este proceso es que el diseño, la construcción y la planificación se llevan a cabo de una forma integrada. En consecuencia, este proceso puede definirse como un proceso integrado de diseño y construcción, y también de teoría y planificación. Este proceso integrado afectará a múltiples interesados, obligando a una gestión holística no exenta de contradicciones.
Los programas de formación para la arquitectura han intentado dar adaptarse a esta complejidad tratando de abarcar la cantidad creciente de conocimientos, disciplinas y tecnologías aplicados al proceso constructivo.
Procesos Colaborativos en Construcción
La realidad material de los edificios nos da la definición del proyecto de construcción como un proceso integrado de diseño y construcción, teoría y planificación. Es un proceso en el que el diseño y la construcción están profundamente entrelazados y en el que se produce una adaptación continua, no solo en el proceso de diseño sino particularmente en el proceso de construcción de acuerdo con las necesidades emergentes del cliente.
El proyecto constructivo debe manipular elementos críticos del proceso, como las técnicas y sistemas de construcción, los contratos de ingeniería, diseño y construcción, las estimaciones y el control de costos, y las nuevas formas de gestión, etc.
El nuevo proyecto constructivo también necesita investigar nuevos roles para los arquitectos y constructores y otros interesados partícipes del proyecto constructivo, que comprende las necesidades y la dinámica de la calidad emergente de un edificio.
Tal investigación también puede conducir a la formulación de nuevos tipos de contratos de construcción, como los contratos colaborativos IPD-Integrated Project Delivery, y nuevos tipos de gestión de la construcción con énfasis en la integración del diseño y la construcción al nivel apropiado, como Lean Construction.
El plan de estudios del Proyecto de Construcción, tal y como los define Hajo Neis en su artículo The Building Process: A New Direction in Architectural Educaction, se puede ilustrar en un diagrama concéntrico con varias capas de aprendizaje progresivo. Este diagrama es formalmente similar al diagrama desarrollado por la Bauhaus en los años veinte, pero haciendo mayor énfasis en los nuevos procesos colaborativos entre conocimientos y disciplinas alrededor del proceso constructivo. La teoría que alimenta esta componente colaborativa sería la bibliografía principal del Arquitecto Christopher Alexander, La Naturaleza del Orden, en la que los estudiantes aprenden la teoría de los procesos que generan calidad y la teoría del Lenguaje de Patrones aplicado al diseño y construcción de edificios y entornos urbanos.
Como núcleo de este currículo para los estudiantes de Arquitectura se encuentra el Taller en el que los estudiantes aprenden a aplicar la estructura y los procesos necesarios para el éxito del Proyecto integrando los conocimientos arquitectónicos y de otras disciplinas.
Las experiencias de arquitectura colaborativa de Christopher Alexander demuestran los beneficios para la calidad de los edificios a través de la integración del diseño y la construcción, con la figura del Arquitecto como rol central o Project Manager que mantiene un control sobre el diseño, la planificación, la subdivisión de los lotes y la contratación, la fabricación, la construcción, etc.
Alexander describe en The Battle “cómo enseñaba a sus estudiantes en la Universidad de Berkley para hacer azulejos de diferentes tipos, vidriados y sin esmaltar; cómo verter hormigón en diversas condiciones; cómo preparar la tierra que era adecuada la fabricación de arcilla; cómo cocer arcilla y ladrillos de diferentes tipos. Más tarde aprendimos a hacer bóvedas de hormigón ligeras con conchas delgadas; y cómo hacer columnas prefabricadas, vigas y ménsulas para soportes”.
Durante uno de los semestres en la universidad, cada alumno debía construir su propio edificio a escala real, fabricándolo con sus propias manos frente al departamento de arquitectura de Berkley. El proceso creativo que usa las manos y el intelecto es una de las actividades humanas más enriquecedoras. Y, sin duda, los alumnos nunca olvidarán la gran impresión que estas tareas.
Colaborando entre distintas disciplinas del proyecto de construcción
Una experiencia académica publicada por la Universidad Estatal de Mississippi muestra los beneficios de implementar esta relación entre la arquitectura y otras disciplinas a través de un taller de diseño colaborativo.
Los estudiantes de los departamentos de ciencias de la construcción y arquitectura de la escuela trabajaron juntos en un proyecto colaborativo entre la Escuela de Arquitectura, centrados en el diseño, la teoría y el lenguaje arquitectónico; junto con el programa de Ciencias de la Construcción de Edificios, enfocado a sistemas de construcción, tecnología, estructuras, programación, materiales y métodos.
El beneficio del taller para los estudiantes es que comiencen a aprender cuáles son los retos a los que se enfrenta una realidad profesional multidisciplinar y compleja, y cómo superarlos juntos para tener un proyecto exitoso.
El ejemplo aplicado al currículo formativo es la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca, trata de llevar los resultados del taller colaborativo de arquitectura con un objetivo transformador de la región.
En este caso, la acción pedagógica relativa al taller en el que se integran distintas disciplinas se ha convertido en el elemento principal del programa de esta escuela, frente a otros programas en los cuales diversas asignaturas no se encuentran ligadas entre si.
En Talca han desarrollado los llamados Talleres de Barrios en los que los futuros arquitectos impactan directamente en su comunidad cercana a través de proyectos que se construyen y materializan. De alguna manera, ponen a la institución y sus estudiantes en relación directa con la comunidad cercana.
La comunidad formativa en este caso no sólo se ve ampliada por la relación directa con sus vecinos, sino que además por la inclusión de otras disciplinas que son imprescindibles para el éxito de los proyectos. La diversidad de interesados se promueve desde la integración curricular entre docentes y estudiantes de las carreras de Arquitectura y Trabajo Social. Al interés por el impacto social del desarrollo urbano se le suma además el valor del potencial ecológico de los proyectos de construcción como una forma de ejercer el impacto positivo sobre lo común.
Los talleres de barrios se gestionan a través del entre universidad, administración pública y comunidad. Para ello, se diseñan estrategias para encuentros participativos, en conjunto con profesionales de instituciones públicas, y con los vecinos, en el avance de proyectos y obras a medida que se construyen.
Esta vinculación con el medio externo a la comunidad universitaria implica relaciones internas nuevas a ensayar; como una estrategia para abordar de forma integral diferentes aspectos y complejidades arquitectónicas, urbanas y sociales de los proyectos.
Carlos Javier Pampliega es Arquitecto especializado en la Gestión de Proyecto y Riesgos, en diferentes sectores, es Certified Associate in Risk Management por la George Washington University. Certificado Project Management Professional (PMP), amplía su ámbito de actuación a otros sectores, incorporando las Metodologías Ágiles de desarrollo de Proyectos como Professional Scrum Master. Es voluntario del Project Management Institute (PMI) y Secretario de la Junta Directiva de su Capítulo en Madrid.
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