En la reflexión que hacía el mes pasado te comentaba mi experiencia acerca de las cosas que, lamentablemente (me ratifico en la idea de que es muy triste comprobar que se dan cada vez más casos de empresas que están abordando procesos de digitalización, invirtiendo una buena cantidad de recursos tanto económicos, como temporales y, por supuesto, de sus equipos y, sin embargo, no están obteniendo los resultados esperados) suceden en algunos procesos de digitalización y hoy quisiera poder reflexionar contigo acerca de las cosas que, bajo mi punto de vista, deberían suceder para que esa tasa de éxito sea cada vez más elevada y todas las partes obtengan una buena parte de sus expectativas.
En primer lugar, este proceso tenemos que gestionarlo como lo que es, un proyecto (que, de manera genérica y sin entrar en la ortodoxia de ninguna metodología, tiene un principio y un fin y va a producir un resultado único para nuestra organización) y como tal debería contar con la preparación adecuada, permíteme que la llame “inicio del proyecto”.
En este momento de preparación del proyecto es necesario que reflexionemos especialmente en dos cuestiones que no siempre se valoran, al menos de manera consciente y ordenada, que son el por qué del proyecto (su propósito) y los beneficios que esperamos obtener del mismo. Creo que compartirás conmigo que también deberíamos tener claro el presupuesto que estamos dispuestos a invertir y el plazo en el que esperamos tener finalizado el proyecto para poder comenzar a operar con él, estableciendo, a su vez, lo flexibles (o no) que son estos parámetros para tener claro cómo afrontar posibles desviaciones (que es muy probable que sucedan) en el proyecto y con cuánto margen contamos (si es que lo tenemos).
A su vez, creo que resulta relevante que tengamos claros los requerimientos más importantes. Aquellos que sí o sí debería cumplir nuestro proyecto (desde un punto de vista de relevancia para cumplir con el propósito) y cómo y cuándo estaremos seguros (de una manera objetiva) que se han cumplido para evitarnos luego “sustos” en la entrega del proyecto. Evidentemente cuantos más de estos requerimientos de negocio y mejor detallados estén, mucho mejor nos irá.
E igual de importante, en este momento inicial, resulta el que podamos identificar a aquellas partes interesadas en el proyecto (nuestros stakeholders) que puedan resultar más relevantes, no olvidando hacer varias interacciones de esta identificación para no dejar fuera a ninguna parte interesada relevante, porque no podemos olvidar que estas partes interesadas pueden influir positiva o negativamente sobre el desarrollo del proyecto.
Esto, entre otras cuestiones, es lo que haríamos antes de comenzar cualquier negocio, ¿no?, entonces, ¿por qué no lo hacemos cuando nos planteamos iniciar el camino de nuestra transformación digital?
Tal como acabo de decir, esto debería pasar antes de iniciar el camino, la inversión, el proceso o, como he comentado antes, el proyecto de digitalización al que pretendes enfrentarte. Pero hay más cosas que creo (insisto en que no deja de ser mi punto de vista, pero mi experiencia en este ámbito me invita a decirlo) que deberían estar claras antes incluso de lanzar el proyecto como tal y entre las que debe figurar la identificación (tengo un compañero de fatigas en dirección de proyectos que habla de poner la foto para que sea mucho más evidente el nombramiento) de algunas figuras clave para el desarrollo del mismo.
Estas figuras son (pueden llamarse de muchas formas):
El Patrocinador del proyecto, figura a la que también podríamos llamar Propietario del Proyecto, que independientemente del nombre (y…
Soy Project Manager de mi propia empresa, ¿Qué más puedo pedir? Disfruto mucho cuando nuestros proyectos provocan auténticas transformaciones en los procesos. Riojano de adopción (por el poder del anillo) y apasionado de los viajes y la gastronomía y tras muchos años de experiencia os puedo garantizar que la mejor botella de vino es la que compartes con unos buenos amigos.