
El mundo de la dirección de proyectos ha vivido una era de turbulencias. La 6ª Edición del PMBOK fue la biblia prescriptiva de los procesos, mientras que la 7ª Edición (2021) fue una revolución filosófica, cambiando procesos por principios y adoptando la agilidad. Esta dicotomía dividió a la comunidad: los tradicionalistas se sintieron abandonados y los agilistas se mostraron escépticos.
Ahora, el Project Management Institute (PMI) presenta la 8ª Edición (2025), una guía que no busca ser otra revolución, sino una síntesis pragmática. Es, en esencia, un intento deliberado de consolidar lo mejor de ambos mundos, impulsado por una base de evidencia de casi 48,000 puntos de datos de la comunidad global.
Pero, ¿logra esta nueva versión ofrecer una hoja de ruta clara para las organizaciones que buscan «cambiar el negocio» (Change the Business)? ¿O es una corrección que genera más confusión? Analicemos sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas.
La fortaleza más evidente de la 8ª Edición es su estructura híbrida, diseñada para sanar la fractura en la profesión.
- La Síntesis del 6 y el 7: La guía fusiona magistralmente la estructura de la 7ª Edición con la rigurosidad de la 6ª. Mantiene los «Dominios de Desempeño» (Performance Domains) de la 7ª Edición (ahora 7 en lugar de 8: Gobernanza, Alcance, Cronograma, Finanzas, Interesados, Recursos y Riesgo) pero, en una concesión clave a los tradicionalistas, reintroduce 40 procesos formales. Estos procesos, con sus familiares «Entradas, Herramientas y Técnicas, y Salidas» (ITTOs), ahora están integrados dentro de los dominios, mostrando cómo las acciones (procesos) impactan los resultados (dominios)
