En el paisaje empresarial contemporáneo, las organizaciones enfrentan una problemática peculiar y compleja: la superabundancia de proyectos. Este fenómeno no solo pone a prueba la capacidad operativa de las empresas, sino que, además, oscurece la visión estratégica necesaria para navegar con eficacia en mercados cada vez más competitivos y volátiles.
La superabundancia de proyectos se identifica por la presencia simultánea y desmedida de iniciativas en distintas fases de ejecución. En este entorno, los equipos se ven saturados, los recursos escasean y, lo que es más grave, se diluye el foco estratégico. Las empresas con una multiplicidad de proyectos suelen caer en un ciclo vicioso donde la urgencia de los plazos acaba prevaleciendo sobre la importancia de los objetivos. Ejemplos de este fenómeno abundan en compañías que, presas de su propio entusiasmo innovador o de la presión competitiva, multiplican las iniciativas sin una planificación adecuada ni una clara definición de prioridades.
Este problema se identifica a menudo cuando las organizaciones perciben un estancamiento en su productividad o incluso un retroceso, a pesar de la multiplicación de sus iniciativas. Los proyectos en curso parecen no converger hacia los objetivos estratégicos, y los equipos, aunque trabajen arduamente, no logran generar el valor esperado. En este escenario, no es raro observar un aumento en los niveles de estrés y desmotivación entre los empleados, quienes se ven sobrecargados de tareas y presionados por cumplir con plazos muchas veces irreales.
En el sector tecnológico, por ejemplo, es común que las empresas se embarquen en múltiples proyectos de desarrollo e innovación simultáneamente. Esta superabundancia suele dar lugar a competencia interna por recursos y talento, dilución de la responsabilidad y, en última instancia, a la pérdida de oportunidades debido a la incapacidad para ejecutar de manera efectiva y oportuna. El resultado es un portafolio de proyectos inflado, donde muchos de ellos, incluso si llegan a completarse, no aportan el valor esperado o se vuelven obsoletos antes de su implementación.
Carlos Javier Pampliega es Arquitecto especializado en la Gestión de Proyecto y Riesgos, en diferentes sectores, es Certified Associate in Risk Management por la George Washington University. Certificado Project Management Professional (PMP), amplía su ámbito de actuación a otros sectores, incorporando las Metodologías Ágiles de desarrollo de Proyectos como Professional Scrum Master. Es voluntario del Project Management Institute (PMI) y Secretario de la Junta Directiva de su Capítulo en Madrid.