El cambio como constante

Articulo "El cambio constante" de Ricardo Sastre en la Sección "Super PMOs" de la Revista Stakeholders.news

Allá por el siglo VI a.C, nació el género de la fábula, género atribuido a Esopo, escritor griego cuya historia se ve mezclada de hechos reales junto con elementos legendarios, hasta el punto de dudarse sobre la realidad de su existencia. Las fábulas, composiciones literarias breves, escritas en verso o prosa, en las que se presentan animales u objetos inanimados que actúan como personas, proporcionan enseñanzas o consejos morales que siguen siendo aplicables a pesar de haber transcurrido ni más ni menos que 26 siglos….

Una de sus fábulas más famosas es la de la cigarra y la hormiga:

Era verano y hacía calor. Una cigarra descansaba plácidamente bajo la sombra de un arbusto, mientras observaba a la hormiga trabajar sin descanso. La pobre hormiga iba y venía del campo a su hormiguero, llevando encima pesados granos de trigo, mientras que la cigarra canturreaba sin parar.

– Ven a descansar conmigo, hormiga, que hace calor. ¿Para qué trabajas tanto?- le recriminó la cigarra.

– Necesito guardar mucho alimento para el invierno– contestó entonces la hormiga-. Cuando comience a helar, no quedará nada.

– ¡Aún falta mucho! Yo prefiero disfrutar de la vida y del momento- contestó orgullosa la cigarra.

– Deberías recoger comida como yo lo hago, cigarra. Y si no, luego te lamentarás.

El tiempo pasó deprisa y llegó el otoño, y con él, las primeras heladas. El invierno no tardó en llegar también y la cigarra, que se había quedado sin comida, fue a visitar a la hormiga:

– Amiga hormiga, por favor, ¿puedes darme algo de alimento? No tengo nada para comer…

La hormiga la miró enfadada:

– Ya te avisé y no me hiciste caso. En lugar de descansar tanto tendrías que haber pensado en este momento. Ahora tendrás que buscarte la comida.

Y entonces echó a la cigarra de su casa.”

Esta fábula se puede interpretar desde diferentes perspectivas, pero en este artículo me centraré en la perspectiva de la gestión del cambio. En la fábula se habla sobre el tiempo, las diferentes estaciones del año, y cómo cada estación tiene sus particularidades, destacando que en invierno con las primeras heladas no hay comida para recoger.

Este cambio que se presenta en la fábula, es un cambio cíclico y por tanto, esperable y hasta cierto punto predecible, aunque en la actualidad con el cambio climático estos ciclos se están viendo impactados  y la predictibilidad es menor.

A lo largo de los siglos hay una realidad que es irrefutable, y es que la única constante es el cambio. Sin embargo, según van pasando los siglos, la velocidad del cambio está aumentando vertiginosamente, especialmente en las últimas décadas donde a raíz de la aparición de las tecnologías que todos tenemos en mente, se está produciendo una aceleración prácticamente exponencial en el cambio.

Las PMOs no pueden ser ajenas a este ritmo de cambio, independientemente de los servicios que ofrezcan y el valor que aporten actualmente. A día de hoy tu organización puede ser / contar con una SuperPMO y acumular grandes logros y valor ofrecido a la empresa, pero nunca puede parar de adaptarse a los cambios externos (económicos, legales, tecnológicos, globales, sociales, competitivos, etc..) y los propios cambios internos en la empresa, los cuales vendrán en su mayor parte determinados por los mismos cambios externos. Hace no muchos años las empresas trazaban planes estratégicos a 5-7 años. Actualmente los planes se están reduciendo a 3 en incluso en algunos sectores a 1 solo año.

Porque cuando todo alrededor tuyo cambia, sino tu cambias también, lo más probable es que gradualmente pierdas valor aportado y relevancia, y cuando quieras reaccionar posiblemente sea ya tarde, como en el caso de la cigarra.

Por ello, cada vez es más necesario que las PMOs adopten la actitud de la hormiga, con la salvedad de que la hormiga de la fábula se enfrenta a un cambio cíclico recurrente y predecible, y las PMOs actualmente se enfrentan a un entorno con velocidades de cambio más rápidas, y a cambios más impredecibles, con lo que no es suficiente con ser solamente constante y “trabajador” como la hormiga de la fábula, sino que son necesarias actitudes adicionales, entre las que destaco la de “growth mindset”, concepto que trataremos en próximas ediciones.

Y si, aunque el cambio sea continuo y cada vez tenga un ritmo mayor, es admirable que aun podamos aprender y aplicar enseñanzas de hace tantos siglos. No solamente debemos prestar atención al presente mientras en paralelo visualizamos el futuro, sino que también debemos conocer y aprender del pasado.

Como cierre, especialmente para aquellos a los que el mundo de las PMOs no os es tan cercano, os propongo que leáis de nuevo el artículo, y allí donde menciono PMO, penséis en vosotros de manera individual….

En continuo proceso de aprendizaje con objeto de contribuir a generar un impacto positivo en el mundo a través de la excelencia en la gestión de proyectos, programas y portfolios.

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