A finales del mes de abril, tuve la oportunidad y el placer de participar como ponente en una nueva edición del congreso de gestión del cambio, en ésta su novena edición. Este evento de carácter anual, organizado por El Instituto de Gestión del Cambio., tuvo como título en esta edición: “Lidera, Gestiona y Entrena”.
En el evento se combinaron ponencias individuales, con entrenamientos, mesas debate, e incluso una consultoría de guerrilla, impartida por un compañero de nuestra revista hermana, Tecnología y Sentido Común: Marlon Molina. La suya no fue la única cara conocida en el evento sobre el escenario, ya que coincidí también con otra de las personas premiadas en la II Noche del Gobierno y Gestión del Servicio en España, Zaida, así como con Luis, como representante de PMI Madrid.
¿Adivináis en que mesa de debate participé? Una pista… tenía que ver con la Inteligencia Artificial….alcanzadas en la mesa, me gustaría enfatizar en primer lugar las dos perspectivas de la gestión del cambio en la gestión de proyectos.
Por defecto profesional, cada vez se menciona la palabra “cambio” a un project manager, lo primero que le viene a la cabeza es un cambio de alcance, que va a implicar un cambio en las diferentes líneas base de las que partía el proyecto. Según la aproximación con la que lidera el proyecto, el nivel de sudores frio que le entra al escuchar susodicha palabra es mayor o menor, pero sudores fríos siempre hay, incluso en quienes abrazan el agilismo en su más pura expresión.
Sin embargo, hay otro aspecto de la gestión del cambio a la que debemos prestar atención, con mayor énfasis incluso. No debemos olvidar que los proyectos y los programas que lideramos se realizan con objeto de generar nuevos servicios, nuevos productos, transformaciones, que van a generar un cambio en el entorno, para nuestros stakeholders, para la sociedad, y puede que incluso para el planeta. Por tanto, para que nuestros programas sean exitosos y sus beneficios asociados perduren en el tiempo, es necesario que seamos nosotros los que gestionemos y lideremos ese cambio. Una inapropiada gestión del cambio nos conduce directamente a un programa fallido.
En continuo proceso de aprendizaje con objeto de contribuir a generar un impacto positivo en el mundo a través de la excelencia en la gestión de proyectos, programas y portfolios.